lunes, 15 de diciembre de 2008

¿"Quién me ha robado el mes de abril"?


Últimamente nos estamos dando cuenta de que algo hicimos mal. Con esta crisis económica se pone en evidencia un modelo de sociedad insostenible, podríamos llamarlo "el mundo al revés". Este modelo consiste en aceptar sin dedicarle un sólo momento que todo matrimonio que aspire a considerarse como tal necesita tener como mínimo un piso, si son más mejor.

Esta idea innovadora, inculcada por los padres desde el principio del noviazgo, lleva a jóvenes que bien por ser su primer sueldo, bien por no ganar demasiado, ven reducido su abanico de posibilidades y acaban comprando el único que se podían permitir. Digo lo de innovadora porque sólo en estos últimos tiempos se planteó que personas en su primer trabajo (lo que implica que nunca ganaron dinero antes) tengan que conseguir de forma inmediata lo mismo que sus padres después de treinta años de sueldo. Lo que nadie se paró a pensar es que el dinero no da la felicidad pero aporta bastante. Entonces, ¿por qué nos cerramos la puerta al alquiler? Porque decidimos que un piso en propiedad es un motivo de orgullo, al igual que cambiar el coche cada cuatro o cinco años y comprar cada vez uno mayor. Si luego consume más, los recambios son más caros y el precio de las revisiones también, es irrelevante, el tamaño importa.

Siguiendo el mismo razonamiento, una pareja joven que aún está en un empleo temporal se ve abocada a firmar una hipoteca por un piso que a lo mejor en 5 años, con otro sueldo probablemente mayor y con empleo más estable, no hubiera aceptado. En el mismo instante en que firma el documento, está cerrándose la puerta (o al menos dificultando el paso) a un empleo en otra ciudad o en otro país, que supondría cambiar de residencia. Pero claro, alquilar es tirar el dinero mes a mes. Sin embargo, que la hipoteca por un piso que era el único al que aspirabas en ese momento, en un barrio que no acaba de gustarte y a lo mejor sin ascensor, te lleve la mitad del sueldo y te deje temblando cada mes, eso sí que es inteligente.

Bueno, luego nos sorprendemos por el número de divorcios, pero cómo no te vas a divorciar si estamos hablando de jóvenes que llevaban una vida maravillosa en casa con sus padres y sin previo aviso los animamos a firmar una hipoteca y a pasar las tardes en casa ahorrando para amueblar el piso... Con esta situación, ya te puedes ir olvidando de los caprichos que podías permitirte en tu vida de soltero/a. Este cambio para peor se asocia con problemas matrimoniales en lugar de financieros. Con esta nueva filosofía, no es de extrañar que empieces a dirigir tu frustración hacia la persona por la que decidiste cambiar, no es de extrañar que te moleste hasta el último detalle que anteriormente te encantaba. Actualmente empieza a darse una situación ¿curiosa?, no me atrevería a tanto. El caso es que a los problemas que ocasiona un divorcio en sí, ahora se añaden los de deshacerse del famoso piso. Una de las innovadoras soluciones consiste en separarse y pasar de vivir con tu pareja a compartir piso con ella porque ni encuentras comprador ni te puedes escapar de las deudas….

En el peor de los casos, algunos se decantaron por soluciones fáciles a corto plazo como los créditos al consumo. Esto combinado con el coche a plazos, llevar la hipoteca y demás gastos ineludibles como videoconsolas, ordenadores, móviles y viajes llevan a situaciones como la que estamos viviendo. Gente que no puede ni podrá afrontar una situación económica desfavorable en la que nadie le va a firmar créditos con los que salvar los que ya tenía. Matrimonios que se separan y terminan por vender el piso que les hundió la vida. Personas desesperadas que no entienden como acabaron en esa situación y que se ven obligadas a vivir del odiado alquiler o a volver a casa de sus padres.

Contrariamente a la creencia popular, soy de la opinión de que la vida tiene sus fases y desde luego la de los veinte y los treinta no incluye una hipoteca. Es mucho más fácil sacar una relación adelante pagando un alquiler de 400 ó 500 euros en el barrio que te gusta que pagando 1000 ó 1200 en el piso que te vendieron. Son esos 500 ó 600 euros más al mes los que te dan juego para salir los fines de semana, comprar algo de ropa o hacer un viaje. Puede que la felicidad no esté en el dinero, pero sí en disfrutar de la vida. Desde luego donde se demostró que no está nunca es en asumir una existencia de encierro y privación para amueblar la casa. Espero que esta situación haga reflexionar a muchos y sean cada vez menos los que tengan que preguntarse ¿"cómo pudo sucederme a mi"?

Por último, dejo el enlace de la canción de Sabina para aquellos que quieran escucharla una vez más:

domingo, 23 de noviembre de 2008

Un poco de educación...


Hablando sobre la implantación inminente del modelo que propone el Tratado de Bolonia, me he estado informando sobre sus implicaciones. Lo que más me ha llamado la atención, es que este tratado se firmó en 1999. En aquel año, ya se sabía que el nuevo plan intentaba fomentar la competencia entre universidades para atraer alumnos. Ya se sabía que las carreras dejarían de contar con la financiación del Estado y empezarían a ser pagadas totalmente por los alumnos. También se sabía que la exigencia y la dedicación tendrían que ser cada vez mayores tanto para alumnos como para profesores. Sin embargo, ¿qué hemos hecho para prepararnos?

En estos nueve años, hemos aprobado la L.O.C.E. (2002) y la L.O.E. (2005). En ambas sigue reinando la ley del mínimo esfuerzo y la decisión de premiar la vagancia. La única diferencia notable es la tan comentada reválida, que no tuvo una gran acogida. El mayor crimen de este sistema educativo sigue siendo la etapa de la E.S.O., en dicha etapa se junta un aumento progresivo de adolescentes consentidos con una pérdida total de la autoridad del profesor y lógicamente de su motivación.

Empecemos por los profesores, los tenemos enterrados en papeles que tienen que cubrir para justificar hasta el último punto ante los padres de sus alumnos. Día a día tienen que enfrentarse a clases llenas de un nuevo modelo de niños que dominan el uso del " mis padres me dejan hacer lo que quiera, así que no puedes decirme nada". Lo peor llega con las visitas de los padres en cuestión, en las que compruebas con horror que efectivamente el niño tenía razón. Estos padres, que renunciaron al cargo desde el primer día, están esperando que el resto del mundo se ocupe de la parte mala de tener hijos, educarlos. Limpian su conciencia dando voces a los que gastan su tiempo intentando enseñarles algo, tampoco mucho porque ese no es el objetivo de nuestra educación.

Pasemos ahora a los alumnos. Pongámonos en la piel de un alumno que por cualquier motivo quiere estudiar y aprender (son cada vez menos) pero, afortunadamente, aún quedan. Este niño, se encuentra con un sistema en el que se busca el mayor número de aprobados posible sin tener en cuenta los conocimientos. Para esto se idean parámetros como los 'procedimientos' o el 'comportamiento'. En algunos casos con estas artimañas puedes alcanzar un total de seis puntos sobre los diez de la asignatura. Aquí se recogen cosas como la presentación de una libreta (el contenido no, porque entonces te vale más no mirarla), que esté lo más completa posible, que tenga colores y dibujos... A nadie le importa si la copiaste la tarde antes de entregarla o si lo que tienes escrito es motivo suficiente para suspenderte, la cosa es justificar los puntos. En cuanto al comportamiento en clase suele usarse como excusa para redondear o maquillar las notas. Ante esto, el alumno del que hablábamos llevará su libreta al día e intentará que le sirva para preparar los exámenes de la asignatura. Se comportará de la forma más correcta posible en clase y prestará atención al profesor. A su alrededor estará viendo a compañeros mandando mensajes por el móvil, leyendo una revista o hablando de cualquier programa de televisión. Además de no recibir, salvo excepciones, una felicitación por su dedicación, se encontrará con profesores deseosos de subir las notas todo lo creíble para aumentar el número de aprobados, pero reticentes a la hora de subirle a él del notable al sobresaliente o del sobresaliente a la matrícula, porque eso "hay que ganárselo".

En cuanto a los padres, son la puntilla del sistema. En su afán de proteger a sus polluelos, lograron un peso inmerecido con la aparición de las APAS. Resulta que por ser el padre del alumno, tienen derecho a decirle a un profesor cómo hacer su trabajo. No se conforman sólo con eso claro, también impusieron que a los niños no se les puede reñir, ni exigir cualquier clase de esfuerzo, ni traumatizarlos con las notas, ni nada que tenga que ver con educarlos. Nadie se plantea decirle a un arquitecto como diseñar un edificio alegando que vamos a vivir en él, ni a un médico como debe hacer un diagnóstico por ser padres de su paciente. Sin embargo, en la educación se cometió ese error y ahora lo estamos pagando. Pusimos en manos de los mismos padres, que piden la eliminación de las vacaciones porque no aguantan a los hijos que criaron en casa, parte de la dirección de los colegios. En una página en la que explicaba el funcionamiento de estas entidades encontré la siguiente definición de lo que se entiende por 'participar' en la educación:

"En la Educación, participar supone, entre otras cosas:

> Intervenir en la elaboración del proyecto educativo de la escuela.
> Mantener estrecho contacto con el profesorado.
> Intercambiar ideas y experiencias y buscar juntos soluciones a los problemas que se planteen, tanto los referentes a nuestros hijos como al centro en
general. "


Con este panorama educativo, queremos imponer un modelo universitario orientado a Europa, en el que los alumnos tienen que pagar la totalidad de los estudios y por tanto valorarlos. ¿Pero los hemos enseñado a valorar su título y a verlo como algo por lo que merezca la pena sacrificarse? Estamos hablando de los mismos niños que hasta ahora no tuvieron que mover un dedo para conseguir todo lo que querían y que por lo general nunca tuvieron que luchar por algo. Ahora llegan a una universidad que está mirando a Europa, en la que un castellano correcto tiene que ser fundamental, cuando hasta ahora en la mayoría del país el peso de la asignatura de lengua es cada vez menor y en algunas comunidades es el enemigo fundamental.

¿No habría sido más sencillo empezar la casa por los cimientos y no diseñando un bonito pero inservible tejado? Tuvimos nueve años para enfocar a esas nuevas generaciones ya no sólo en un plan de estudios más sensato, sino en una forma diferente de afrontar la vida. Hasta ahora nos basamos en mantener a los jóvenes entre algodones hasta que de repente se empiezan a llevar todos los palos a la vez y no saben ni por dónde les vienen ni cómo protegerse. Con nueve años tuvimos margen más que suficiente para cambiar los seis últimos de enseñanza y lograr que los primeros en afrontar el modelo de Bolonia lo hicieran con ilusión y optimismo porque les toca una universidad mejor y no con miedo o desesperación porque les queda grande. Este modelo exige que el alumno tenga muy claro que estudiar no es algo agradable, que hay mil excusas para dejarlo para el día siguiente. Tiene que ver que está condicionando lo que va a ser el resto de su vida y eso es algo por lo que merece la pena pelear. El problema es que en inculcar esa idea intervenimos todos y en este país caminamos en sentido contrario desde hace años.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿Homenaje a la mujer o a la recaudación?

Esta mañana me desperté con una noticia desalentadora, no por el contenido en sí, sino por el mensaje. La noticia en cuestión, anunciaba un sorteo en una discoteca de Valencia de una operación de aumento de pecho entre los asistentes. "Todas las chicas que acudan a la discoteca el próximo 5 de diciembre deberán pagar una entrada de 20 euros. «Será una de las pocas veces que un viernes tengan que abonar un precio por entrar», admite el responsable de 'Pachá'. Con el acceso a la discoteca se entregará un número que habilitará para participar en el posterior sorteo, que se desconoce todavía a qué hora se realizará, pero lo más probable es que sea a mitad de la sesión nocturna y por «una mano inocente». También los hombres recibirán un número y, si fueran ellos los agraciados, «pueden regalárselo a su novia o a una amiga»". Hasta aquí podría ser capaz de digerirla, lo que ya me desarmó fue el título de la campaña: "Pretty Woman. Homenaje a la mujer". Qué hacemos hablando de la igualdad entre hombres y mujeres cuando esta sigue siendo la idea de homenaje a la mujer. Que estas fiestas tengan un gran éxito y consigan llenar como nunca los locales pone en evidencia que las mujeres siguen sintiéndose inferiores al hombre y frustradas por sentirse incapaces de satisfacerlo sin ayuda de dos bolsas de silicona. En este 'homenaje' no sólo te regalan un paseo por quirófano, además la homenajeada será una de las pocas veces que disfrute del honor de pagar la entrada. Por supuesto, el hecho de que sea una estrategia para llenar más la discoteca y animar un poco el negocio, no resta importancia al acto.

Estamos en una sociedad que vive por y para la imagen, más concretamente por y para el físico, porque la educación, la cultura y el saber estar, que son los que nos diferencian de un maniquí, los tenemos en el baúl de los recuerdos. Hemos alcanzado un punto en que una mujer no puede vivir de manera digna sin un buen aumento de pecho, unos labios nuevos, una visita a la cera al mes, miles de cremas, extensiones y tintes, sesiones de lámpara, una buena recopilación de dietas... Últimamente, los hombres se están uniendo al club dando lugar a una nueva especie conocida como metrosexual, que se caracteriza por el culto al cuerpo.

Nuestra imagen nos persigue en todos los ámbitos de nuestra vida. Como el tiempo es limitado, nos vemos obligados a escoger entre una apariencia digna de estrella de cine o ser capaces de mantener una conversación interesante. De la pérdida de interés por la lectura, el nivel de la educación y el aumento de audiencia de programas del corazón cuyos protagonistas están en lo más alto del triunfo del físico, podemos deducir hacia dónde se inclina la balanza. En el ámbito laboral, una buena imagen te abre muchas puertas, en algunos casos más que tu preparación. En el caso de las mujeres la presión es aún mayor, llegando al extremo de una pérdida total de confianza y un complejo de inferioridad cada vez que aparece en un anuncio una de las pocas afortunadas que logró la perfección física.

Ahora, por si fuera poco, se intenta relacionar esa idea con homenaje a la mujer, porque claro, ¿cómo se puede honrar a una mujer si no es con un aumento de pecho? Se me ocurre que también podría honrarse al hombre y homenajearlo con una depilación completa a la cera, pero sin necesidad de sorteo, sólo por comprar la entrada. Me pregunto en qué momento tanto hombres como mujeres aceptaron que teníamos que seguir todos el mismo modelo y que lo diferente es directamente inferior. O tenemos todos las mismas medidas, los ojos azules o verdes, gastamos la misma talla, vestimos la misma ropa, tenemos los mismos gustos y pensamos lo más parecido posible o directamente no estamos a la altura y por tanto nos acomplejamos, no somos populares y acabamos aceptando lo que impone la mayoría.

Lo que nunca nos da tiempo a plantearnos entre moldeador y moldeador es si la chica que aparece en la fotografía será tan feliz como nos imaginamos, porque siempre que queremos parecernos a alguien suponemos que el cambio nos va a llevar a la felicidad. Los que tomamos o nos muestran como modelos de perfección, deberían tener la vida resuelta, ya tienen todo lo que se puede desear. Sin embargo, la realidad demuestra que una vida de retoques en quirófano no da la felicidad, ni un buen trabajo, ni nos ayuda a sentirnos realizados como personas. El gran engaño, es que el aspecto puede despertar el interés por una persona, pero si no va acompañado de algo más, como ocurre en muchos casos, desaparece en un abrir y cerrar de ojos.

domingo, 16 de noviembre de 2008

El hechizo se deshace...

Después de analizar la trayectoria del líder de la oposición, don Mariano, parece lógico preguntarse cómo le va a nuestro Presidente. A lo largo del primer mandato, hemos tenido el placer de conocer al mago de las cortinas de humo, consiguió mantener a la oposición protestando siempre por la causa equivocada, no porque la medida objeto de sus protestas fuera buena, sino porque al mismo tiempo se estaba aprobando otra más polémica.

Nos encontramos ante una persona que se ha sentado a negociar con E.T.A., entregándose a una "causa noble", hasta que se rompió la burbuja el 30 de diciembre con el atentado de la T4. ¿Hasta? Hombre, eso se pensaba después de oír a Rubalcaba afirmar : "¿quiere el señor Astarloa que digamos que el proceso se ha roto? Pues bien, evidentemente se ha roto. ¿El proceso se ha liquidado? Pues bien, evidentemente el proceso está liquidado. ¿El proceso se ha acabado? Pues bien, evidentemente el proceso se ha acabado. ETA ha roto, ha liquidado y ha acabado con el proceso de paz". Todo cambió cuando el propio Zapatero comentó que había seguido negociando. Por aquellos días Otegui era conocido como un "hombre de paz" y De Juana estaba bordeando la muerte. Sin embargo en pocos meses los dos acabaron ingresando de nuevo en prisión, el "hombre de paz" por enaltecimiento del terrorismo y De Juana para completar su condena. La imagen que quedó de esa noble lucha fue que el PP no había querido cooperar para lograr la paz y que habían roto el Pacto Antiterrorista.

Otro gran logro fue la Ley de Memoria Histórica que, entre otras cosas, obliga a retirar todos los símbolos franquistas. Ya puestos a meter el dedo en la llaga, ¿por qué no aprovechamos el revuelo para eliminar también todos los símbolos de apoyo al terrorismo? La respuesta más inmediata es que no es rentable. Los primeros levantan un poco de polémica, te sirven para pinchar un poco al PP y tienen una gran acogida en "el mundo progre". Los segundos te sorprenden en plena "causa noble", molestan a los partidos nacionalistas y lo que ya es inadmisible, te hacen perder votos. Los grandes perjudicados fueron, una vez más, los del PP que ya empezaron a sonar como 'derechona'.


Todos recordamos los comienzos de Educación para la Ciudadanía. Supuestamente su finalidad era mostrar los contenidos de la constitución y los derechos humanos, aunque la realidad que aparecía en los libros de texto era bien distinta. Por supuesto hay editoriales más serias que otras, pero en el fondo siempre aparecía una realidad orientada de acuerdo con intereses políticos. España es un claro ejemplo de lo que ocurre cuando cedes la educación a las comunidades y se pierde el sentido de universalidad. Lo que en un principio parecía una inocente asignatura que pretendía tapar las carencias de nuestro sistema educativo, acabó desvelándose como un intento de imponer un modelo de sociedad más afín a sus intereses y un nuevo golpe al Partido Popular que por resistirse acabó siendo etiquetado como anquilosado. Alguien me dijo que a los centros educativos no se va sólo a obtener un título sino a aprender a pensar. Esta asignatura rompe totalmente con eso ofreciendo sólo un modelo de realidad y presentándolo como el correcto, cuando para que una persona pueda formar su capacidad de decisión tiene que conocer todas las opciones y escoger la que más se adapta a su realidad.

Podríamos centrarnos en escenas como la legalización de los matrimonios homosexuales que pudiendo haberse tratado con naturalidad, lo más interesante desde el punto de vista electoral era dramatizar un poco y obligar a Mariano a dar la cara. No era necesario forzar un todo o nada. Temas como la posibilidad de adopción, que afecta directamente a niños, o la redefinición del concepto de matrimonio suponían un cambio suficientemente importante para la sociedad como para haberle dedicado un poco de tranquilidad. Creo que no es necesario recordar lo que supuso para el partido de Rajoy. La polémica con los estatutos fue otra de las guindas del pastel, aunque es cierto que en este caso el PP se ganó a pulso las críticas recibidas consiguiendo enfadar a unos y a otros.

Sin embargo, en el segundo mandato se está acabando la magia. Las pocas fuerzas que le quedan, Zapatero las está usando para sobrevivir a la crisis, intentando camuflarla bajo una cortina de humo que por una vez le ayudaron a poner. El que no hace tanto presumía en cada entrevista de levantar envidias en el resto de países, aparece en los últimos tiempos recurriendo a cualquier mínimo contacto para figurar en su particular "foto de las Azores". La señal más clara que hemos recibido hasta ahora de la pérdida de poder progresiva de este gran ilusionista, ha tenido lugar hace muy poco tiempo en una declaración en la que reconocía públicamente que su aparición en "la foto" se debía no a sus incuestionables méritos, sino a la intervención de Nicolas Sarkozy y George W. Bush.

Sus últimos coletazos se están centrando en demostrar que sus números aún figuran entre los mejores de la historia. Es cierto que no son tan buenos como parecían antes de las elecciones, pero como se oye en algunos debates "es que estaban en campaña electoral, ahora no se puede querer que se cumpla al pie de la letra". A este ritmo parece poco probable que alcancemos el tan esperado pleno empleo, tendremos que conformarnos con ser los mejor preparados para la crisis y en consecuencia los menos afectados. El truco de esta idea se lo copio a Rajoy que se convenció de que era el segundo campeón, entonces aunque al resto de Europa les vaya mejor nosotros seguimos estando a la cabeza. Por como se desarrollan las cosas, eso de que España puede ser un modelo para afrontar la crisis nos lo podemos estar repitiendo día y noche para darnos ánimo, pero en la cumbre no fuimos invitados precisamente con honores.

Una crisis económica es lo único que consigue que la mayoría de las personas busquen consuelo e información en expertos más o menos ajenos a la política. Este tipo de cosas son las que permiten vislumbrar la realidad presente tras tantos adornos y entender que España tiene su crisis particular camuflada bajo la global. Inicialmente se puede optar por ignorar al experto en cuestión, pero cuando se repite la idea continuamente, hasta en los más reticentes se logra un estado de duda. A partir de ahí, puedes llegar a preguntarte si el hecho de negar continuamente la crisis anunciando dinero para todos porque las cuentas nunca habían estado mejor, no sería una manera de escurrir el bulto hasta pasadas las elecciones. Te queda la duda sobre si el PP sería realmente tan catastrofista y antipatriótico o si, en realidad, toda las medidas anunciadas y ejecutadas no tenían como único objetivo dar a la gente lo que quería oír sin reparar en las consecuencias. Esta idea no parece del todo incorrecta si tenemos en cuenta que nuestro Presidente pasó de lograr un fervoroso "¡Amén!" tras cada discurso a un gesto impasible en sus días más brillantes.






miércoles, 12 de noviembre de 2008

¡¿El PPSOE?!

Me da la impresión de que al ritmo que vamos no tardará en aparecer un nuevo partido político con un nombre similar al PPSOE liderado por un señor que se parece a Mariano Rajoy pero que no tengo muy claro quién es. El Partido Popular ha pasado de una estrategia de confrontación a una mansedumbre total, al menos su líder. Tras perder las elecciones o como parece verlo quedar como segundo campeón, se agarró con uñas y dientes a su cargo defendiendo que él iba a llevar al partido a la victoria. Tras salir vencedor por fin en algo, aunque ese algo fuera un congreso al que sólo se presentaba él, dio la espalda a todo el trabajo que su partido había realizado en los cuatro últimos años.

Esto me lleva a dos posibles opciones, o su línea de actuación previa a las elecciones le venía impuesta y él era poco más que un títere o de verdad llegó a creerse que se había comportado como un catastrofista, antipatriótico y demás cosas de las que se le acusó. La primera lo incapacita como líder de cualquier cosa, pero más de un partido como el PP, la segunda demuestra su falta de convicción en lo que defendía y su rendición total ante el señor Rodríguez Zapatero.

Gracias a la nueva imagen del partido, se hace casi imposible distinguir entre el PSOE y su fiel imitador el PP que ha cedido a la presión demostrando que los complejos de ser realmente la 'derechona' aún no han sido superados. Como los acusaron de decir que no a todo, pasaron al 'sí' absoluto y sin condiciones, bueno las condiciones intentan ponerlas pero al primer amago del PSOE de llamarlos antipatrióticos ceden a lo que sea. Un claro ejemplo fue el intento de imponer control y transparencia al plan de ayuda a la banca. Esta idea se desmoronó ante la mención de que en el resto de países europeos la oposición había dado su apoyo y que dar nombres impediría a los bancos solicitar ayuda por temor a que se destapen sus vergüenzas.

Ahora don Mariano puede descansar tranquilo y libre del temor a nuevas comparaciones con la 'derechona', ha conseguido resultar indiferente. Únicamente Blanco y Pajín se molestan en seguir echando la culpa de todo al PP. Sinceramente, tranquilo, tranquilo tampoco puede estar porque ahora que logró librarse de las críticas del PSOE los problemas le llegan de su propio partido que por alguna razón no acaba de verlo como líder.

El problema de que te dirija una persona agotada, vencida y sin ideas, es que transmite el mismo pesimismo y pasividad a sus compañeros. Si Mariano se molestara en mirar los sondeos, comprobaría que ciertamente su rival ha perdido votos, pero si lee un poquito más se sorprendería al ver que él no ha salido reforzado, al contrario. Esto parece bastante lógico si tenemos en cuenta que ambos partidos defienden prácticamente lo mismo, sólo que el PP sin convencimiento, sin ganas y sin ninguna idea propia de la que pueda sentirse orgulloso de anunciar.

Tus votantes son los que estarían en disposición de decir "¡qué coñazo!".

Pensar es libre.


Haciendo honor al título del blog, la primera entrada no puede hablar de otra cosa que de la libertad de expresión. En el Artículo 19 de la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", se lee: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."

Tras releer el contenido de dicho Artículo, me queda un sabor de boca amargo. Al intentar compararlo con la realidad española parece que no acaba de encajar, da la sensación de que España se ha quedado pequeña para abarcar un derecho tan amplio. Parece que nos hemos quedado sólo con la libertad de pensamiento, aunque eso sí, conservándolo para nosotros, para compartirlo ya necesitaríamos recurrir a la tan castigada libertad de expresión.

Una de las últimas noticias que he leído sobre el concepto de libertad presente en nuestro país dice lo siguiente: "El proyecto de nueva Ley de Educación que ultima la Generalitat puede eliminar el derecho a que los niños reciban la primera enseñanza en castellano, tal y como establece la Ley de Política Lingüística vigente en Cataluña. Según el borrador, los padres sólo podrán exigir la educación en castellano durante un curso de segundo ciclo de Infantil o del inicial de Primaria."

Hemos pasado de leer en algunos libros de texto cosas como "el Ebro es un río que nace en tierras extrañas" a ser nosotros mismos los que ya no tenemos claro dónde nace el Ebro. Amparándonos en la libertad de expresión apartamos la vista una y otra vez pensando "están en su derecho, no hacen daño a nadie". Curiosamente con tanto derroche de libertad hemos llegado a un punto en el que sólo una minoría tiene ese derecho, entre comillas claro está, porque a lo que tienen derecho es a pensar todos igual, a protestar no, que como todos sabemos es antidemocrático.

Si no fuéramos tan políticamente correctos, podríamos expresar cierto grado de desacuerdo ante el proyecto de Ley de Educación que se comentó anteriormente, pero claro, entonces recortaríamos competencias a las comunidades y nadie quiere eso. Algo que podría ser tan maravilloso como una buena oferta de trabajo, pasa a convertirse en un castigo para los familiares que se ven obligados a continuar sus estudios en un idioma extranjero. Si tenemos la suerte de que esa persona es extranjera pues mejor, un idioma nuevo ya figuraba en su agenda, pero tiene la suerte de que colegios que den clase en inglés y prácticamente cualquier otra opción que no sea el Castellano los encuentra. Por supuesto, a los españoles que nacieron en Cataluña y viven mezclados entre catalanes los olvidamos porque fueron pioneros en la técnica de mirar para otra parte y tanto se dejaron aplastar que son el caso que mejor ilustra el título del blog, "pensar es libre", aunque como bien se dijo antes, defender lo que piensas no.

Es cierto que me he centrado en Cataluña porque su último acto a favor de la libertad de expresión que tanto les gusta lo ha llevado a cabo el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). Gracias a la nueva ley aprobada por el Parlamento, el CAC podrá imponer sanciones a los medios de entre 90.001 y 300.000 euros, así como la suspensión de actividad por tres meses, para las infracciones muy graves de esta ley. La misma norma establece como infracciones muy graves el incumplimiento de los "principios básicos de regulación de contenidos" que obligan a "una información veraz", a distinguir claramente las informaciones de las opiniones y que limitan la libertad de expresión e información en función de derechos constitucionales como el respeto a la dignidad y la no incitación al odio por motivos de raza, sexo, religión o nacionalidad. En esta línea, tras el reparto de 83 licencias de radio los más afortunados han sido Godó (17 frecuencias), Sistema Catalán de Radiodifusión (Flaix FM) (12), la SER (9) y Planeta, editor de La Razón, que recibe 8. Esto implica que cadenas como COPE y Punto Radio han perdido dos y tres emisoras respectivamente.

No me resisto a comentar la airada reacción de Josep Lluís cuando dos invitados a un programa de TVE se refirieron a él como "José Luis": "Me llamo Josep Lluís, no José Luis" y añadió "Yo me llamo así aquí y en la China, y usted no tiene derecho a modificar mi nombre". Es curioso que tenga tan claras sus ideas en lo referente a su nombre y sin embargo sufra un lapsus cada vez que tiene que referirse al Rey, al que prefiere llamar Joan Carles.

Cosas como estas son el día a día en nuestro país, palabras como herriko taberna, ikastola, izquierda abertzale... nos suenan a todos y no nos traen pensamientos precisamente agradables, pero bueno todo sea por la libertad. Como último apunte, cualquiera encontraría perfectamente normal ver a una persona pasearse por España envuelta en la ikurriña pero, ¿alguien se imagina paseándose por el País Vasco envuelto en la bandera española?